Fiestas y tradiciones
La Candelaria (2 de Febrero)
Durante el día, los niños de los distintos colegios de Aguilar preparan unos farolillos hechos con melón, de fisonomía grotesca, cuyo interior queda iluminado por una vela de cera blanca. Por la tarde, se concentran en la Plaza de San José donde, para tal efecto, se ha preparado en su centro una gran hoguera pública. Tras la lectura del Juicio, se quema el “Juilla” (figura realizada en cartón) junto con los farolillos, queriendo simbolizar con ello la victoria del Bien sobre el Mal, la renegación por parte del público de malos augurios para el nuevo año.
Carnaval
Es el preámbulo a la Cuaresma. Cuenta con mucha afición en la localidad. Durante varios meses antes, agrupaciones musicales (comparsas, chirigotas, cuartetos…) se preparan para deleitarnos en estos días con sus parodias y representaciones en lugares céntricos o en graciosos pasacalles. A destacar, sería “La Tortillá”, fiesta realizada en la Caseta Municipal el fin de semana anterior a la fiesta.
Semana Santa
Declarada de Interés Turístico Nacional en 1999, es una de las fiestas más importantes de Aguilar de la Frontera. Cuenta con una tradición muy arraigada, pues sus tres primeras cofradías (Veracruz, Nazareno y Soledad) datan de finales del siglo XVI. En la actualidad, dieciocho corporaciones pasionistas nos hacen revivir, año tras año, la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Podríamos destacar algunas estampas propias de esta Semana Mayor: por ejemplo, los distintos Vía Crucis en la mañanas del Lunes y Martes Santo, respectivamente; el paso de Jesús Caído por la Torre del Reloj o su recorrido por la Plaza de San José; la salida del Cristo de la Expiración en la madrugada del Viernes Santo; toda la jornada del Viernes Santo con el Sermón del Paso y Bendición de Jesús Nazareno en la Plaza de San José por la mañana, mientras que a la caída de la tarde se lleva a cabo el auto sacramental de las Siete Palabras y el acto del Descendimiento; o la jubilosa mañana del Domingo de Resurrección en el Paseo de las Coronadas con las imágenes del Resucitado y la Virgen de la Antigua.
En definitiva una Pasión única, propia y particular, donde es imposible olvidar la hospitalidad de su gente, el ambiente cercano y familiar de sus calles y plazas o la calidad inigualable de su patrimonio cultural.
Semana Santa chiquita
Día especialmente dedicado a los más pequeños. Desde la Iglesia del Hospital y ataviados con los hábitos y túnicas de las cofradías aguilarenses, los niños portan sobre sus hombros pasos procesionales, réplicas a escala de los mostrados en la Semana de Pasión, y hacen su recorrido por la Carrera Oficial.
Día de la Cruz
Como en otras ciudades, los rincones más pintorescos de la ciudad se revisten de un ambiente más intimista para colocar la Santa Cruz. Ésta, realizada con flores y otros adornos, suele valorarse a través de un concurso anual organizado por el Ayuntamiento. La fiesta se culmina con la procesión de la Virgen de los Remedios por los barrios de la Veracruz y del Carmen.
Asimismo, la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno organiza una ofrenda floral a su Imagen Titular en la Parroquia de Santa María del Soterraño.
Corpus Christi
Se celebra el domingo siguiente al de la Festividad de la Santísima Trinidad. Como colofón de los cultos al Santísimo Sacramento, es tradicional la Solemne Procesión Eucarística en una custodia turriforme de plata, de principios del siglo XIX, por las calles del pueblo, engalanadas con macetas, mantones, altares callejeros y juncia. Todo el suelo por el que discurre el cortejo procesional está cubierto con juncia y romero. Resulta atrayente poder contemplar el acompañamiento de los niños y niñas que, durante ese año, han realizado su Primera Comunión.
Romería nacional de la virgen de los Remedios
El segundo fin de semana de Junio, toda la población se traslada en peregrinación, desde la iglesia de la Veracruz y junto a las agrupaciones romeras, hasta un paraje cercano a la ciudad (5 km.) llamado Fuente de Don Marcelo donde se erige una ermita en honor de la Virgen de los Remedios.
San Blas (3 de Febrero)
Los aguilarenses asisten a las iglesias de la ciudad para bendecir sus blancas roscas de bizcocho ataviadas con un lazo denominado “bulili”, el cual se coloca a los niños durante todo el día para evitar enfermedades de garganta.
Fiestas de la barriada Cerro Crespo
Su antigüedad corre en paralelo a la construcción de la primera fase de viviendas en el citado altozano (década 1970). Aunque ha tenido distintas fechas para su celebración, actualmente se realiza en la primera semana de julio.
Fiestas de Nuestra Señora del Carmen (16 de julio)
En las inmediaciones de la Avenida Miguel Cosano y de la Barriada del Carmen, se lleva a cabo una veladilla en honor de la Virgen del Carmen, aprovechando la salida procesional de la Imagen Titular de la Parroquia de su mismo nombre.
Feria Real (Agosto)
Es otra de las fiestas principales de Aguilar de la Frontera. Cuenta con más de doscientos años de historia, ya que desde mediados del siglo XVIII tenemos constancia de la regularización de una feria franca que venía celebrándose en el paraje de la Antigua (actual Estación de RENFE), si bien su establecimiento dentro de la ciudad no será hasta 1841-1842.
Instalada en las inmediaciones de las ruinas del antiguo Castillo de Poley, una gran explanada da cobijo a un importante elenco de casetas para gusto y diversión de todos los visitantes. Por supuesto, nunca ha desaparecido el tradicional mercado de ganado, origen y causa de esta celebración.
San Roque (16 de agosto)
Tras la Función Principal en el día de su onomástica, sale en procesión por algunas calles de Aguilar gozando, aún, del patronazgo de la ciudad desde 1649. Previamente, y en la puerta del Monasterio de San José y San Roque (MM. Carmelitas Descalzas), se venden unas roscas de pan comestibles para su bendición, en alusión al alimento que, diariamente, el santo moribundo recibía de boca de un perro.
Virgen del Soterraño (8 de septiembre)
Según cuenta la leyenda, en 1532, con motivo de las obras de ampliación de la Iglesia Mayor, apareció soterrada en una bóveda una imagen mariana. Con toda la pompa del momento, la imagen pasó por muchas ermitas e iglesias de la villa hasta que, hacia 1611, fray Diego de Mardones -a la sazón, obispo de Córdoba- decretó su entronización en la Parroquial denominándola, desde ese momento, Nuestra Señora del Soterraño.
En la festividad de la Natividad de la Virgen María se le realiza una Solemne Función, precedida por un Septenario en días anteriores. A continuación, efectúa su salida procesional precedida por todas las Hermandades y Cofradías de Aguilar.